OirSentirVivir
Pasión por el sonido atronador con el que se puede sentir cómo vibra y se eriza la piel
«En las procesiones se guardará por los concurrentes el orden y compostura debidos, y en todo caso se prohíbe andar por las calles con tambores, fuera de los pocos que con permiso de la autoridad distribuya la Hermandad del Carmen, y aún éstos irán solamente en la procesión…».
Ordenanzas municipales de Mula, año 1859.
“Creemos poder asegurar que este año habrá tambores y nazarenos hasta la hora de la procesión del Miércoles Santo, y que en los días siguientes no serán permitidos en absoluto ni los tambores ni los nazarenos cubiertos”. El Noticiero de Mula, 27-III-1892.
El descontento de los gobernantes con el “carnaval” montado en los días de Semana Santa hace que, ante la imposibilidad de prohibición por la cantidad de gente participante, cada año el horario de toque fuese más reducido, llegando a apenas cuatro horas durante la dictadura de Primo de Rivera, aunque, curiosamente, se permitiera andar vestido de nazareno más horas de distintos días
Tras el declive de la tradición durante la dictadura, y la posterior Dictablanda del General Dámaso Berenguer, la tamborada vuelve a la normalidad con la instauración de la Segunda República. Con la llegada de la dictadura franquista, la tamborada se mantiene viva, el poder de la masa hace impensable la prohibición del tambor. Sin embargo, surge un nuevo palo en la rueda para la tradición, pues los gobernantes locales establecen un impuesto para poder tocar.
En esas sobrevivió la tamborada durante los años de dictadura hasta la llegada de la Democracia, cuando comenzó a coger más tintes de fiesta.
Sabemos que en 1875 no solo se utilizan túnicas negras, sino también azules o moradas:
“Unos jóvenes alegres y divertidos, siguiendo la tradicional costumbre de producir esas escenas, se habían disfrazado de nazarenos con trajes de percalina negra, azul o morada y careta, y andaban de acá para allá tocando a tambor batiente por las calles y plazas mal empedradas”.
Diario El Constitucional de Alicante, 9-13 de noviembre de 1875.
VEN A
CONOCERLA
Mula, ciudad del tambor, es una experiencia, una deleite cultural que espera con la calma de la historia a sus visitantes